Así empezó todo...

Hola, soy María Gracia.

Desde muy pequeña he sentido una conexión profunda con la naturaleza. Disfruto de las cosas sencillas: abrir la ventana y respirar aire puro, ver salir el sol, escuchar el silencio. Con esa misma sensibilidad, también me he sentido atraída por la naturaleza humana, en especial por el cuerpo humano, esa compleja y fascinante máquina que habitamos.

Mi camino hacia la fisioterapia no fue inmediato, pero sí profundamente enriquecedor. Comencé estudiando Estética, y pronto descubrí lo importante que es el equilibrio entre lo físico, lo estético y lo emocional, y cómo el cuidado externo también forma parte del bienestar. Esa etapa me aportó una visión más global del cuidado de las personas, y despertó en mí el interés por la fisioterapia dermatofuncional.

Finalmente, estudié fisioterapia, y me especialicé en el área de suelo pélvico. Me formé en gimnasia abdominal hipopresiva con Laura Núñez, quien no solo fue mi mentora, sino una gran inspiración profesional y personal. Tuve la suerte de comenzar mi carrera junto a ella en León, y siempre llevaré conmigo una parte de su esencia.

Hoy, con más de 10 años de experiencia, sigo formándome continuamente y disfrutando de cada paso. Me apasiona acompañar a las personas en distintas etapas de su vida, ayudándolas a reconectar con su cuerpo, entenderlo y cuidarlo. La fisioterapia de suelo pélvico sigue siendo un campo poco conocido para muchas personas, pero cada día somos más quienes trabajamos por visibilizarlo y darlo a conocer.

Soy inquieta, inconformista y muy fiel a mi forma de hacer las cosas. Si algo deja de motivarme, cambio para seguir creciendo. Este proyecto nace de esa inquietud por seguir avanzando, de seguir aprendiendo y, sobre todo, de seguir disfrutando de lo que más me gusta: cuidar a las personas desde una mirada integral y humana.